La Tarde


La tarde tiene un extraño
matiz rojizo y ocre,
los rizos de las nubes
se tornan vaporosos
y al trasluz que denotan
apacibles figuras
se divisa muy tenue
la redondez del sol.
la tarde tiene un matiz
de sangre y barro.
Pareciera que absorbió
el color de la tierra;
que bebió sus brebajes
y aspiró en lo profundo;
que se hundió entre sus grietas,
que se mojó en sus charcos
recogiendo sus ondas
y elevose de nuevo.
La tarde tiene color de tierra,
la tarde es tierra y sol,
principio y fin.
La tierra tiene color de tarde;
la tarde tiene color de arcilla,
la arcilla tiene color de sangre.
La sangre tiene el color
del alma de la tarde.

Fortunato Hernández Sierralta